La Isla de la Juventud ha sido objeto versátil en identidad propia a través de la historia, siendo conocida por la isla de los mil nombres hasta ser considerada hoy en día un municipio especial de Cuba, sin pertenecer a ninguna de sus 15 provincias.
Conquistada por el Almirante español Cristóbal Colón el 13 de junio de 1494, quien la nombró San Juan Evangelista, se cuenta que fue el lugar donde más tiempo permaneció durante sus viajes al nuevo continente. Hasta el año 1978 se llamaba Isla de Pinos, luego adoptó su nombre actual en honor a los miles de jóvenes que estudiaron allí y colaboraron en el desarrollo y la reconstrucción del lugar tras el paso del huracán Alma en 1966. Antes, fue hogar de los indios siboneyes, quienes dejaron una de las más importantes artes rupestres de toda Cuba, en especial, las Cuevas de Punta del Este, considerada la Capilla Sixtina del Arte Rupestre Caribeño.
Ubicada al suroeste de Cuba, en el Mar Caribe, cuenta con una superficie de 2200 km². Es la séptima isla más grande del Caribe y se caracteriza por su belleza natural y su historia. Se encuentra a unos 100 kilómetros al sur de La Habana y es accesible por ferry o avión. Su gran variedad de paisajes y ecosistemas naturales la convierte en el destino ideal para Isla Verde y su Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente del Caribe.
En su diversidad, cuenta con una topografía montañosa, con elevaciones que llegan hasta los 300 metros sobre el nivel del mar. Esto crea distintos microclimas y ecosistemas, que van desde bosques tropicales hasta manglares y arrecifes de coral, con algunos de los puntos de buceo más hermosos de Cuba.
La biodiversidad endémica del lugar, distribuida en sus 16 áreas protegidas, es otro de sus grandes tesoros; sus aguas están profundamente llenas de vida, con más de 50 especies diferentes de corales y más de 200 especies de peces. Numerosas especies terrestres, incluyendo aves, reptiles y mamíferos, conviven en armonía allí. Entre la fauna más difícil de encontrar en otros sitios, podemos mencionar a la iguana de la Isla de la Juventud, el cangrejo de tierra y el murciélago frugívoro.
La isla fue utilizada como prisión política durante la época de la dictadura de Batista antes de 1959, y algunos de los edificios que formaban parte de la prisión han sido convertidos en museos y centros culturales, como el impresionante Presidio Modelo.
Entre los lugares para visitar en la Isla de la Juventud, destaca la Reserva de la Biosfera de la Sierra de las Casas, en la cual se conservan distintos ecosistemas, incluyendo bosques tropicales, manglares y humedales, y especies endémicas, como la palma corcho y la cotorra cubana.
La Ciénaga de Lanier, un humedal importante para la conservación de la biodiversidad cubana, es otro de los sitios privilegiados en la Isla de la Juventud. También la Playa Bibijagua, distinguida por color natural completamente negro de sus finas arenas, formadas por la acción erosiva de las olas y la lluvia sobre las rocas de mármol negro de la sierra que le precede. Muy cerca, se encuentra el Parque Natural Punta Frances, un área protegida que cuenta con varios senderos para caminar y observar la fauna y flora local.